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martes, 30 de noviembre de 2010

¡Habemus Masturbación! por Psic. Daniel Sixtos Cruz

¿Por qué cuando hablamos acerca de la masturbación nos referimos, inevitablemente a las frases tan coloquialmente conocida como “Jalarle el pescuezo al ganso”, “La cabeza dura” “Mano amiga, tradición que obliga”, etc.? ¿Acaso no es una manera de sabotear nuestra propia estima, al apodar de maneras “pintorescas” un acto de conocimiento de nuestro cuerpo?

Aún en nuestro país, existen sectores de la población que santifican las conductas puras y en regla en tema de sexualidad. Por lo que la masturbación es un pecado digno de un boleto gratis al averno. Más aún, hay diferencias en ciertos casos, es más pecaminoso que una mujer se masturbe comparada con un hombre ¡Hasta donde hemos llegado para consagrar en estado machista a la masturbación! En toda Mesoamérica, cómo lo explica el maestro en arqueología Carlos Navarrete “encontraremos que masturbación representaba una manera de fecundar la tierra”. En tal caso, lo que necesitamos es fecundar nuestra propia experiencia, conocer las partes de nuestro cuerpo que nos gusta que sean tocadas, estimuladas, para alcanzar el placer propio de nuestra tierra fértil”.

Ahora bien, es una manera sencilla, segura y cómoda de poder sentir un orgasmo, como nos mencionaba una y otra vez la sexóloga Anabel Ochoa, es la manera de aprender a autorregularnos, a conservar nuestros propios tiempos orgásmicos para poder tener, en tiempos venideros, relaciones sexuales satisfactorias. En algunos países Latinoamericanos empieza a desarrollarse la idea de “Liberación sexual”, que permitiría acercar a padres e hijos a comprender detalladamente cual es el fin primero de la masturbación; no una herejía de condenación, sino un acto de aprendizaje, creatividad y por qué no, de técnica reduccionista a factores estresantes. Teniendo siempre en cuenta que se trata de “probete y no llenete”, podemos decir sin más preámbulo ¡Habemus masturbación!

Nota Extra:

El cambio de imágenes en las redes sociales a partir del combate contra el maltrato infantil, aparece como un movimiento mediático sin consignas reales y sólo interpretando la realidad, de lo que verdaderamente se trata es de transformar la realidad, de realizar movimientos verdaderos, con caracteres nítidos que culminen en hechos concretos, observables. Es cierto es una herramienta social-mundial pero las verdaderas acciones se realizan en el campo de batalla, no detrás de los escritorios…

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