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lunes, 23 de agosto de 2010

La salud mental y su papel en la juventud. Por Psic. Daniel Sixtos Cruz.


La juventud que ahora vive en las condiciones más inadmisibles a las que pudieran haber sido expuestas llevan más no así dos tareas importantes; la de una formación de algo nuevo, algo creador y estar abierto a nuevas experiencias.
Es decir, nuestra juventud tiene la tarea fundamental de llevar a cabo acciones, planes, investigaciones que le permitan al máximo realizar innovaciones que fortalezcan al mismo individuo, pero que, sin nunca olvidarlo, estén a la disposición de los demás; que sirva de un herramienta alternativa, de profundo análisis, de contextos tan diferentes que su estudio sirva de conocimiento listo para aprenderse y al mismo tiempo ser criticado, puesto que de aquí se derivará la síntesis más acorde a dicho procedimiento o a otro, en definitiva, que tenga una un proceso funcionalmente necesaria para el desarrollo de una determinada actividad. Pero al mismo tiempo, la juventud que está llevando esta acción lo más cabalmente posible se dará cuenta de que necesitará que estar todo el tiempo abierto a nuevas experiencias, que aprenda a ser un observador de las historias continuas en la sociedad, deberá convertirse algunas veces en el protagonista, otras más en un simple observador, pero esto no quiere decir que su papel sea pasivo, sino todo lo contrario, que sea un observador activo, que sea el protagonista de la aventura más emocionante e interesante que pueda existir. Y todo esto deberá de realizarlo con grandes expectativas unido siempre, claro está, de un espíritu investigativo incansable.

Pero todo esto es posible si al mismo tiempo la juventud se ocupa al mismo tiempo de un concepto que viene desarrollándose cada día con más fuerza; nos referimos claro está, al concepto de salud mental. Este concepto de 2 palabras, pero consustanciado en todo momento tiene un valor que quizás hemos olvidado en muchos momentos, además de las situaciones desalentadoras en las que se vive, ésta queda reducida a una mínima porción. Ahora la juventud participativa en SAP que se desenvuelve en estos momentos, se forma en un cuerpo de vanguardia cuya bandera de Salud Mental se propone realizar su recorrido en todas las aristas posibles de la sociedad, está dispuesta a llevar a cabo esa batalla contra la frustración, contra todo tipo de impedimento que excluya al individuo a un desarrollo más integral y en ese camino seguir aprendiendo técnicas nuevas a favor del desarrollo y a la tolerancia a la frustración.

Y estos mismos jóvenes siguen ese camino a cabalidad, demostrando nuevamente que la fuerza y esperanza productora radica en ellos, en su intención de hacer partícipe a toda una comuna deseosa de nuevos formas para tomar las riendas de su vida. Porque el que ha estado ahí, junto a esa juventud ha encontrado un mundo de obstáculos, llanto, pero que, como en todo proceso evolutivo, ha aprendido a dominar la técnica que le permitirá crear nuevas fórmulas para una calidad de vida, en definitiva, a pesar del contexto que los rodean, siguen en el punto elemental de esa formación; en el grupo de vanguardia, en el grupo de la novedad, del placer por aprender y enseñar. Esa misma juventud lucha día a día para demostrar que una persona puede realizar una variedad de cosas, pero al enfocarse en el desarrollo y cuidado de la salud mental puede progresar adecuadamente. Se sienten más plenos consigo mismos. Hoy más que nunca demuestra ser la médula espinal de una sociedad, ha ganado su papel como el que más, en el momento dado, estaría dispuesto ha realizar acciones en beneficio de la sociedad. Ya se les ve en su marcha constante de un lado para el otro dispuestos ha cambiar el rumbo de la situación, en esa marcha de gigantes anónimos crea su propia historia; la empieza a sufrir y comprender. Se ha dado cuenta que se ha convertido en los sepultureros de los prejuicios y ha echado andar, cuya meta será el compromiso entero de todos en el mismo cántico de responsabilidades, de innovación, de acción. Y a pesar de todo esto y más, seguimos temiendo en la calidad con la que cuenta la juventud en el ejercicio de su profesión. Sólo bastaría revisar las estadísticas de la juventud mexicana que ha emigrado a otros países para poder realizar sus proyectos; los logros que han tenido y la indiferencia tan marca en nuestra región.

Demuestran constantemente su valor alrededor de nosotros, con energía, de pasión por su profesión y de la vida misma ¿Por qué no participar en su crecimiento y acción cotidiana? Ya lo dijo el escritor: “La juventud es feliz porque es ciega: esta ceguedad es su grandeza: esta inexperiencia es su sublime confianza. ¡Cuán hermosa generación la de los jóvenes activos!”.

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